El estado sionista de Israel «ha ordenado la evacuación de la población palestina del norte de Gaza en un plazo de 24 horas». Se trata de más de un millón cien mil habitantes que no tienen a dónde ir. Hasta el momento más de 423 mil personas se han desplazado en Gaza huyendo de los bombardeos hebreos, 270 mil de ellas se refugian en recintos de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA) de la ONU, que ha reubicado su principal centro de operaciones y a su personal internacional en el sur del enclave con el objetivo de garantizar la asistencia humanitaria. Philippe Lazzarini, director de la UNRWA aseveró que la orden de evacuación “sólo conducirá a niveles de miseria sin precedentes y empujará aún más al abismo a la población de Gaza”.
Israel también ha dado el plazo de 24 para que se retiren de Gaza los voluntarios de Médicos Sin Fronteras que brindan ayuda humanitaria.
Tras conocerse la orden israelí, la relatora especial de la ONU sobre los derechos humanos de los desplazados internos, Paula Gaviria Betancur, aseguró que «los traslados forzosos de población constituyen un crimen contra la humanidad y recordó que “el derecho internacional humanitario prohíbe los castigos colectivos».
Acuciados por el terror ante la amenaza judía, grupos de familias palestinas se desplazan por carreteras, donde se ha reportado el ataque militar aéreo contra esos grupos causando la muerte de 70 civiles.
Lo que está sucediendo no es una «evacuación» sino el despojo sionista de tierra secularmente habitada por palestinos, como ocurriera en varias ocasiones desde 1948, cuando los hebreos iniciaron su marcha a apropiarse totalmente del territorio incumpliendo con impunidad resoluciones de la ONU. Israel se encuentra al margen del derecho internacional y hoy en día es un estado terrorista y genocida.