
El sábado 13 de julio, Thomas Matthew Crooks había sido identificado como sospechoso una hora antes de disparar contra el expresidente Donald Trump en un mitin en Pensilvania y los francotiradores lo vieron veinte minutos antes de que abriera fuego con su rifle AR-15, hiriendo a Trump en la oreja derecha, al bombero voluntario Corey Comperatore, de 50 años, quien murió protegiendo a su familia y a otros dos asistentes quienes se vienen recuperando.
El director del FBI, su subdirector y la jefa del Servicio Secreto acudieron el miércoles a una sesión informativa sobre el ataque en el Senado de Estados Unidos, donde informaron que los francotiradores detectaron a Thomas Matthew Crooks en el techo de un edificio, fuera de la zona de seguridad del mitin, a las 5:52 pm. El tiroteo ocurrió a las 6:12 pm, diez minutos después de que Trump subiera al escenario.
Según el senador republicano John Barrasso, la policía local reportó como una persona sospechosa a Crooks, quien fue fotografiado 62 minutos antes de que disparara a Donald Trump, y los francotiradores del Servicio Secreto lo localizaron en una azotea 20 minutos antes del tiroteo. Barrasso dijo que Crooks “llevaba un telémetro y una mochila. El Servicio Secreto lo perdió de vista. Nadie ha asumido la responsabilidad”.
Aparentemente, la policía no vio a Crooks con un arma antes del mitin, solo con dicho aparato, con el cual pudo haber medido la distancia entre la azotea donde estaba y el escenario antes de hacer los disparos. A pesar de tener toda esta información, el Servicio Secreto permitió a Trump subir al escenario.
Desde el momento en que Crooks disparó el primer tiro hasta que fue asesinado transcurrieron solo 26 segundos. Once segundos después del primer disparo, los francotiradores del Servicio Secreto localizaron su objetivo y, 15 segundos después, Crooks fue abatido.
Horas antes
Los investigadores dijeron a los legisladores que Crooks compró una caja de municiones en un Walmart el 5 de julio, dos días después de que se anunciara el mitin de Trump en Butler. El día antes del tiroteo, fue a un club de tiro y practicó, según un informe de inteligencia federal obtenido por la agencia AP. El 13 de julio, compró otros 50 cartuchos de munición de 5.56 mm para su rifle en una armería local. Se dirigió al lugar de la manifestación en la mañana durante una hora. Regresó a las 5 de la tarde y trató de entrar en el perímetro de seguridad. Los testigos y las fuerzas del orden afirman haber visto a Crooks durante al menos media hora antes de subir al techo de un edificio adyacente al recinto Butler Farm Show.
Las fuentes le dijeron a ABC News que Crooks escaló por una unidad de aire acondicionado que era accesible desde el suelo, y así logró acceder a la parte superior del edificio vecino de American Glass Research (AGR), desde donde finalmente disparó ocho tiros, a una distancia de 150 metros.
La directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, dijo en una entrevista para la NBC News que la policía local estaba dentro del edificio que fue utilizado por Crooks, pero otro funcionario del Servicio Secreto le aseguró al mismo medio que el equipo local no estaba realmente en ese edificio, sino en otro del mismo complejo. Cuando se le preguntó si se debió haber asegurado el techo usado por el tirador, Cheatle respondió que la pendiente del tejado del edificio planteaba problemas de seguridad, por lo que “se tomó la decisión de asegurar el edificio desde dentro”.
Cheatle afirmó que los agentes locales fueron asignados para asegurar el edificio, y añadió que algunos de ellos estaban dentro cuando el tirador ya estaba en el techo.
Las investigaciones continúan para tratar de entender por qué el joven de 20 años, Thomas Matthew Crooks, intentó matar a Trump. El accionar del Servicio Secreto durante el mitin está siendo duramente criticado, mientras se van tejiendo teorías de conspiración. Sin embargo, en los magnicidios estadounidenses se concluye siempre que el tirador fue un solitario desquiciado.