AY, LAS BOLSAS DE PLÁSTICOS
Tuve un profesor de la secundaria, un hombre bajito, tranquilo, pero dotado de un gran carácter que antes de aplicar un castigo a los alumnos solía justificarse: “ se le dijo, se le advirtió, se le previno, se le aviso, se le recomendó, se le emplazo, se le hizo saber…”. He recordado siempre esta suerte […]