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El mono flemático

In Opinión
enero 01, 2023
Por Tristán de la Tachuela

A veces me he preguntado cómo hubieran reaccionado los inquilinos de Palacio de Gobierno que hemos tenido desde el 2000 al enterarse de que un comando del MRTA había asaltado una legación diplomática o la casa de un embajador.

Toledo hubiera ido con Eliane Karp al lugar de los hechos a proponerle a Cerpa, o quien mierda fuese el cabecilla, una mesa de diálogo en Machu Picchu. La idea sería en parte de su mujer, en parte de su ministro de Justicia.

García le hubiera dicho al terruco que le gustaría saber que piensa de todo eso Víctor Polay Campos.

Nadine Heredia le hubiera aconsejado a Ollanta Humala que le ofrezca a los secuestradores emerretistas y algunos presos del MRTA asilo en Venezuela o Brasil, con una bolsa revolucionaria de viaje.

Pedro Pablo Kuczynski habría invitado al Cerpa de ocasión a conversar en el Patio de Palacio de Gobierno ante la prensa y haciendo ejercicios. La Cruz Roja supervisaría el diálogo.

Vizcarra y su asesor íntimo, Richard Swing, se habrían entrevistado con el cabecilla de los secuestradores al frente de la legación diplomática, y aceptado todo menos adelanto de elecciones.

Francisco Sagasti habría mandado a su edecán con su álbum de autógrafos para completar su colección, luego su firma habría encabezado una larga lista de personalidades políticas e intelectuales de la caviarada pidiendo una amnistía para el MRTA y una reparación monetaria para los combatientes de esta organización afectados por el conflicto interno.

Pedro Castillo aprovecharía para ‘aceptar’ como condición para que los emerretistas no se chifen a los rehenes extranjeros la inmediata convocatoria a una asamblea constituyente.

Dina Boluarte les habría dicho: “hermanos del MRTA, yo sé que su secuestro es pacífico y que ustedes saben que yo no he tenido nada que ver. Espero que podamos dialogar y quien sabe expongan ustedes sus puntos de vista en el Acuerdo Nacional. Entretanto he dispuesto que la policía que rodea esa embajada solo use balas de goma. Tengan la seguridad de que se respetarán sus derechos humanos y yo, Dina Boluarte, primera presidente de la República en la historia del Perú, les pido que ustedes hagan lo mismo con sus rehenes.